Capitulo II
Mis
torpes errores
En
el receso estabas sentado bajo la sombra de un árbol tu desayunabas y las
chicas te observaban pero ninguna era capaz de acercarse y hablarte, yo estaba
en la misma posición, aun así tome valor, ¿Qué pensaba hacer?, empecé a caminar
poco a poco en cada paso me temblaban mis piernas y querían huir respiraba
lento, mientras avanzaba pensaba lo que iba a decir “hola ¿te acuerdas de mí?,
supongo que no ¿puedo desayunar contigo?”, bueno ese era el plan pero termine
como en la primera ocasión tropecé y caí sobe ti tirando los desayunos, voltee
hacia tu rostro…………
-lo
siento- creí que al estar en esta situación te acordarías, así es que te sonreí
-¿Qué
tiene de gracioso esto?- te levantaste mientras te sacudías la comida
-na-nada,
lo siento- aunque me volví a disculpar supuse que no me escuchaste porque ya te
habías retirado
Entiendo
que las veces que nos habíamos visto habían sido instantes pero aun así todos
esos momentos yo los tenia grabados en mí.
Te
deje sin desayunar y también por mi torpe error ahí estaba tirada bajo la
sombra de aquel árbol, podía escuchar las burlas de mis compañeros, tome los
topers y me levante, estabas tan molesto que olvidaste tu toper, hui del lugar
mientras algunas gotas de mis lágrimas salían de mis ojos, me dolía mucho más
que no me pudieras recordar que todos los comentarios de mis compañeros, en la
noche no pude dormir por lo sucedido.Me sentí sola como aquella tarde en la
banca del parque.
Se
me ocurrió una buena disculpa una nueva oportunidad de acercarme a ti y tal vez
que me recordaras.
Me
levante muy temprano para elaborar tu desayuno- ¡logre terminar!, ¡rayos!, ya
voy tarde- me vestí, tome la mochila y corrí hacia la escuela, estaba contenta,
tal vez esta vez lograría hacer las cosas bien.
En
clases solo ansiaba poderte hablar, se había terminado por fin esta larga hora
seguía arte y luego receso, estaba próximo la ejecución de mi plan, me levante
antes que tu….
Diciendo
con mucho nerviosismo dije -ho-hola tal vez no te acuerdes de mi yo soy….
-no
me acuerdo de ti, no se quién eres y no me importa quien seas solo déjame en paz
entendido- me interrumpiste, hablabas muy serio tal vez aun no me perdonabas.
-eres
muy torpe solo aléjate de mí- agregaste antes de salir del salón, y te
retiraste
Estaba
triste por esas palabras solo...- soy…..lo siento haber arruinado tu almuerzo
así es que hice uno como ofrenda de disculpa lo puse en tu toper ayer lo
olvidaste debajo del árbol de tan molesto que estabas, sabes me esforcé mucho
en ello, espero y te guste, tal vez si no te molesta podamos almorzar juntos
¿Qué dices?- dije ahí sola, y deje tu almuerzo sobre tu escritorio.
Era
hora de arte, llegue al salón y ahí estabas me quede observándote con tristeza
mientras pensaba que pude haber hecho mal, te diste cuenta y preferiste ignorar
mi presencia, tome asiento….
-llegas
tarde hoy- me dijo la maestra al entrar- chicos hoy dibujaran lo que sienten,
usen colores y su imaginación, comiencen
Yo
sentía mucha tristeza, me deje llevar por mi mano y dibuje un árbol que se
encontraba en una noche de luna llena
-es
muy hermoso Yui, felicidades
-gracias-
a mí no me importaba si era bonito o no, no había podido consolar mi corazón
Dieron
el toque una vez más, era hora del receso Salí inmediatamente del salón y fui
al patio, no me detuve a verlo.
Kenta
salió del salón y se dirigió a su lugar, observo con mucha atención el toper y
dentro del toper el desayuno-¿Qué es esto…?- tome el almuerzo y me dirigí hacia
ella, era obvio que esto lo había hecho ella
Me
encontraba en una de las bancas del patio, ahí donde pega la sombra, el venia
hacia mí….
-tu
hiciste esto ¿cierto?
Temerosa
le respondí- si
-gracias-
respondió en voz baja y algo avergonzado- ¿Por qué lo hiciste?, no debías…
-si
debía yo arruine tu almuerzo y esta es una ofrenda de disculpa
-una
ofrenda…
-….-
asentí con mi cabeza
-deja
de hacer estas cosas no entiendo porque y mucho menos razones tienes para cómo
te trato
-no...Tú
tienes derecho a estar molesto arruino todo con mi torpeza
-bien
entonces lo comeré- lo dijo serio pero aun así me hacía sentir feliz, tal vez
ya había dado un pequeño paso pero lo había dado, de repente sonó mi estómago,
fue muy fuerte el ruido, tanto que él se dio cuenta, que vergüenza, no había
desayunado, ni mucho menos traía almuerzo por haber preparado el de el ya que
no me dio tiempo.
-¿tienes
hambre verdad?
-no
yo no….- mi estómago volvió a sonar
-tienes
hambre, ten comamos juntos de el almuerzo que has preparado
Realmente
estaba nerviosa, sentía que me iba a morir o me iban a matar ya que en un
momento en que me distraje me di cuenta que las chicas nos observaban y no se
veían contentas, estaban celosas, por un momento olvide mis nervios para
canjearlos por miedo y terror
-está
todo bien- tu voz interrumpió ese lapso al fracaso, sus palabras me despertaron
-sí...
-no
te preocupes no te harán nada- cuando dijo eso sentí como si me hubiera leído
la mente me quede muda de alguna forma, él supo lo que me preocupaba, después
de eso tuve un instante de tranquilidad, hasta que al recordar lo que dijo me
puse de nuevo nerviosa por no arruinarlo, nos terminamos el almuerzo y dieron
el timbre para que regresáramos a clase, nos levantamos de la banca….
-gracias,
toma- dijo mientras me daba el toper
-no
es tuyo ayer lo olvidaste debajo de aquel árbol...-señale- estabas tan enojado
que lo olvidaste, así que consérvalo es tuyo
-bueno…bye-
con esas dos palabras se despidió y se retiró al salón yo me quede un rato más
en la banca disfrutando el fresco viento, estaba tan feliz, las cosas habían
salido bien, realmente bien, él pudo sentir lo que mi corazón sentía y eso me
alegro por fin se habrá acordado de mí, espero……
-rayos….-
había olvidado que habían dado el timbre debo correr si no llegare tarde otra
vez- que alivio…….me salve
Era
hora de salida, el ahí estaba otra vez- oye podemos ir a mi casa te preparare
algo,…….. Aunque si llegas tarde a casa tu familia se molestara, será mejor que
vayamos a tu casa y pidamos permiso, oh también quisiera presentarte a mi mamá
¿Qué dices?- le sonreí- ammm…. ¿qué dices?- le repetí
-no
me interesa conocer a tu madre mucho menos saber dónde vives y mucho menos
permitiré que sepas donde vivo no me interesa comer tu estúpida comida, solo
era agradecido, no es para tanto, ni que fuéramos amigos, o como si te
conociera, sabes que ya no quiero ver tu tonta cara, yo no entiendo que
pretendes, no te entiendo- me dijo casi gritándome
Después
de esas palabras salió corriendo y yo quede ahí parada, empezaron a brotar
lágrimas, comencé a correr en dirección a mi casa, mientras en mi mente
retumbaban sus palabras él no quería verme, que voy hacer, no puedo contener mi
llanto…- auch- tropecé con alguien, iba tan deprisa y sin fijarme que no note a
esta persona, genial uno más a la lista de la personas que me odian
-¿porque
lloras así? una chica tan linda no debería llorar eso me rompe el corazón
¿sabes?, anda sonríe, dime que te sucede para que tu llanto brote así- levante
mi cabeza hacia él, empezó a secar mis lágrimas con una pequeña tela- puedes
contarme- no quería que supiera lo sucedido y no entiendo porque, aun así él
era un extraño aunque no parecía malo, tenía una cara muy noble que podría
hacer suspirar a cualquier chica- sabes las personas pueden parecer malas de
vez en cuando pero siempre se puede encontrar en el fondo un corazón triste y
confundido, a pesar de todo somos humanos ¿no?- esas últimas palabras las dijo
mirando hacia el cielo, había logrado que dejara de llorar, sus palabras eran
tan sinceras tan sabias como las de una persona que había sufrido demasiado
-estoy
bien- le conteste
-ahora
estas bien, te puedo pedir algo- me decía mientras me miraba fijamente a los
ojos
-ah
si- respondí
-sonríe-
su petición era algo que cualquier persona te pida pero provoco en mí una
sonrisa timada
-te
ves mucho mejor, así es como debe lucir una chica linda- sonreí una vez más
pero esta vez sonrojada, un chica linda yo, era una broma, jamás había pensado
eso de mí, desde ese día en aquella banca en el parque- vamos te acompaño a tu
casa, ¿te parece?- me pregunto con una voz tan suave y tan llena de seguridad
-por
supuesto
-gracias-
dijo con una gran sonrisa en su rostro como la de un niño pequeño recibiendo un
dulce